Nos inspira el pensamiento que considera al ser humano de manera integral, como un todo. Una unidad integrada en la que las diferentes dimensiones: física, afectivo-emocional, relacional e intelectual, dependen unas de otras para construir el ser.
Tal como lo describen las Naciones Unidas en el documento final de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993, la educación integral se entiende como aquella que busca que cada individuo encuentre su identidad y dé sentido a su vida a través de vínculos con la comunidad, el mundo natural y los valores. Expresó la necesidad de “orientar la educación hacia el pleno florecimiento de la persona y hacia el fortalecimiento de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Es una educación integral capaz de preparar sujetos autónomos y respetuosos de las libertades de los demás”.